A
veces me pregunto si los besos tienen fecha de vencimiento. Así como las
palabras, esas que quieres decir, las que quieres gritar pero por algún motivo
te las guardas y al pasar el tiempo ya no tiene sentido sacarlas a la luz.
Entonces vencen, mueren en tu interior, dejando una sensación de molestia, de
inseguridad y sobre todo de arrepentimiento. Por eso me preguntó que será de la
vida de todos esos besos que no nos dimos, esos que quedaron en el aire, esos
que por inseguridad, orgullo y distancia dejamos escapar. También me pregunto
que serán de ellos si vuelven, si me fundirán hasta morirme de pie entre
tus brazos o si pasaran sin pena ni gloria.