expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

Carpe diem (vivir el momento)

viernes, 23 de diciembre de 2011

Ninguna realidad nos afecta

Me despejé los mechones que se aventuraban por recubrir mi rostro para observar con mayor claridad lo que se desplegaba ante mí. Era una tarde fría y las nubes cabalgaban por el cielo, directas hacia nosotros; pero aún así, me desprendí de mi cazadora de cuero. Allí, no había nadie más que nosotros; ni más vegetación que un solitario ciprés. Pero, en ese inhospitalario entorno en el que las nubes parecían advertirnos de que iban a descargar una fuerte tormenta sobre nosotros, era donde más acompañada me sentía. Tenemos nombres distintos bajo los que cobijamos distintos anonimatos, cuando todos nos llamamos: soledad. Tus brazos alrededor de mí era el mejor abrigo que había tenido nunca. Empezaste a fumar al mismo tiempo que empezó a llover, pero ni la lluvia apagó tu Lucky Strike. Ninguna realidad nos afecta porque no pertenecemos a ninguna de ellas.