Perdí la cabeza y me desvié de mi objetivo.
Me ilusione y me equivoque.
Quedé en la cuerda floja esperando un empujón o un
salvavidas.
Aferrándome a la ilusión de que alguien me
salvaría.
Repitiéndome que no volverías, que no conocías el "para siempre",
pero en el fondo tenía la esperanza que lo aprendieras
conmigo.