Sé fue, se esfumo. Así como el humo de esos tantos cigarrillos. Te
fuiste.
No sé cuando ni como dejaste de importarme. Ya no tengo la
necesidad de saber de vos ni si estas bien o no. Se torno raro, se
volvió monótono. No te extraño ni tampoco tengo derecho a hacerlo, nunca
tuve derecho a hacerlo, en realidad. Te fuiste, ese pedazo de vos el cual
yo me empeñaba en mantener dando vueltas en mi mente se fue, no lo encuentro y
tampoco voy a seguir buscándolo. Ya no más, ya no.