La
vida no siempre es como creemos. A veces puede tratarte bien, y otras veces
puede tratarte mal. Pero ni todo es tan malo como parece, ni todo es tan bueno
como nos hacen creer de pequeños. Las decepciones, los engaños, los
problemas... Todo se convierte en dolor al fin y al cabo. Las alegrías nos
hacen ver la vida de otra manera, con otros ojos. Nos hacen creer que por muy
cabrona que se haya comportado contigo la vida, siempre tiene una segunda
oportunidad. Pero el dolor nos hace ver la vida de color negro. Nos hace
sentirnos vulnerables, y muertos por dentro. Todo depende de cómo te haya
tratado la vida, o de cómo te vaya a tratar, así la tratarás tú a ella.