¿Cuántas veces has llorado por personas que no
merecían la pena? No hace falta que respondas, sólo piénsalo y recuerda. Haz
memoria de todas las veces en las que tus lágrimas han caído y han mojado tus
mejillas. Todas las veces en las que has tenido que taparte la boca por el
temor de que alguien pudiera oírte. Todas las noches en
las que has vuelto a revivir recuerdos que deberías haber olvidado,
pero que no has sido capaz de hacerlo. O sí has sido capaz, pero ni siquiera lo
has intentado.
Ahora piénsalo. ¿Cuántas veces has sonreído por personas que merecían la pena? Pues quiero que sepas, y sobre todo que entiendas, que por muy pocas veces que hayan sido debes recordarlas. Debes guardarlas en el baúl de los recuerdos. Bien dentro, para que con el paso del tiempo no se vuelen, ni se olviden. Debes conservarlas. Porque quizá no lo entiendas todavía. Pero cuando llegue el momento y seas capaz de recordarlas, olvidarás todas las veces en las que lloraste.
Ahora piénsalo. ¿Cuántas veces has sonreído por personas que merecían la pena? Pues quiero que sepas, y sobre todo que entiendas, que por muy pocas veces que hayan sido debes recordarlas. Debes guardarlas en el baúl de los recuerdos. Bien dentro, para que con el paso del tiempo no se vuelen, ni se olviden. Debes conservarlas. Porque quizá no lo entiendas todavía. Pero cuando llegue el momento y seas capaz de recordarlas, olvidarás todas las veces en las que lloraste.