<<No
te rindas que la vida es eso; continuar el viaje, perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo, correr los escombros, y destapar el cielo.>>
He
cometido muchos errores, y cometeré muchos más con el transcurso del tiempo. Me
he caído demasiadas veces, y la mayoría de ellas han sido por la misma razón. He
dicho palabras de las que ahora me arrepiento, y de las que me arrepentiré el
resto de mi vida. Me he callado muchas cosas por no hacer daño a la gente, o
por no meterme en problemas. He dejado pasar oportunidades únicas por miedo, y
por vergüenza a
cometer el ridículo. He dejado escapar a personas que significaban mucho
para mí por el simple hecho de ser demasiado orgullosa. También he
desperdiciado lágrimas por razones inútiles, y por personas que no merecían la
pena. Pero todo lo que he hecho en el poco transcurso de vida que llevo me ha
convertido en la persona que soy ahora. Si no hubiera cometido
tantos errores, si no hubiera tropezado tantas veces, si no hubiera perdido a
tantas personas, y si no hubiera derramado tantas lágrimas no sería quien soy
ahora. Así que, de algún modo, todo lo que he sufrido me ha dejado
huella.
He
aprendido que la vida es mucho más de lo que parece. Que unas veces puede
parecer sencilla, pero otras veces puede parecer compleja. Que llevaban razón
todas las personas que decían que de los errores se aprende. Porque
yo he aprendido de todos ellos. Que la felicidad puede ser efímera, siempre y
cuando sepas utilizarla. Pero que la tristeza puede aparecer y sustituir a la
felicidad en cero coma. He aprendido que los problemas que yo tengo, en
cualquier parte del mundo, hay alguien que también los ha tenido. O
que ahora mismo los está teniendo. Que cuando me he sentido sola, normalmente
nadie ha estado ahí para darme fuerzas. Pero que de alguna manera he sabido seguir
adelante. Que las despedidas siempre son frías, y llenas de
recuerdos imborrables. Que para entender por lo que ha pasado una
persona hay que ponerse en su piel y vivir todas las experiencias que ha
vivido. Que el tiempo pasa más rápido de lo que todos creemos, y que cuando
quieres darte cuenta ya ha pasado la mitad de tu adolescencia.
Quizá
todavía no haya aprendido mucho de la vida, pero me conformo con haber
aprendido éstas
pequeñas lecciones. Porque por cada paso que doy soy consciente de que
daré diez para atrás. Pero también soy consciente de que la vida sabrá
ofrecerme oportunidades para avanzar. Porque si de algo me he dado cuenta es
que tengo que ser capaz de levantarme sola, ya que la
mayoría de veces no habrá nadie para tenderme su mano. Y que por muchas veces
que haya tocado el suelo, seguiré teniendo la esperanza de que la vida me presentara
miles de oportunidades más para tocar el cielo.